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http://www.hoy.es/prensa/20070430/contraportada/senor-bombero-puede-rescatarme_20070430.html
«Señor bombero, ¿puede rescatarme?»Extremadura se ha convertido en el lugar ideal para la celebración de despedidas de solteras y otras fiestas donde lo que prima es sorprenderJ. R. ALONSO DE LA TORRE/
Las esposas de los bomberos de Zafra están hartas. Los fines de semana, es muy común que suene el teléfono de madrugada. Un apagafuegos de guardia coge el auricular dispuesto para cualquier emergencia. Al otro lado se escucha una insinuante voz de chica joven: «Señor bombero, tenemos un problema y necesitamos que ustedes nos lo solucionen. Estamos celebrando una despedida de soltera y una de nosotras se ha quedado encerrada. ¿Podrían venir a rescatarnos?».
¿Qué hacer ante un SOS tan estimulante? La profesionalidad anima a acudir sin dilación en socorro de la desventurada prisionera. La experiencia aconseja que se siga la broma telefónica hasta cerciorarse de que es una gracia. La mirada desconfiada de las esposas cuando se narran estas aventuras invita a quedarse quietecitos.
Boys a peloSí, efectivamente, las despedidas de soltera están de moda y ya no se conforman con boys a pelo y tartas sorpresa.
Ahora también quieren bomberos de carne y hueso. Es lo que tiene La Frontera: mozos en sazón, bomberos macizos, ganas de marcha, cierto toque exótico y unos precios muy competitivos que están atrayendo a pandillas de madrileños y madrileñas para disfrutar de un fin de semana de despedida de soltería y anonimato.
De soltería y de divorcio, que es lo último en festejos y se celebran si constituyen una liberación tras los papeles firmados y la sentencia apetecida. Las fiestas de divorcio las hacen sobre todo mujeres y, según la web divorceinfo.com, deben celebrarse cuando ya estén terminados los trámites porque «puede ser divertido quemar el acta de divorcio en la fiesta».
Las webs consejeras de divorciadas, que de todo hay, aconsejan pasteles con decoraciones sexuales para estas celebraciones y que no tengan parecido con las despedidas de soltera. Proporcionan ideas originales como quemar una lista con la relación de barbaridades que te hizo tu marido y señalan lo que no se debe hacer: quemar cartas de amor y dejar que graben la fiesta. Las fiestas de divorcio tienen la ventaja añadida de que sólo invitas a tus amigas, mientras que en las de soltera o soltero están tus amistades y las de ella o él, con lo que has de observar cierto comedimiento.
En La Frontera, de todos modos, lo normal es lo clásico, es decir, la despedida de soltería. En Cáceres hay incluso algún club infantil que los fines de semana cambia los columpios y los muñequitos de cuento por las farras desmadradas para madrileños.
A esas fiestas acude de vez en cuando la colombiana Ángela, una 'striper' a la que conocí en la sala Boccaccio de Cáceres. Aquella noche había venido a la ciudad con el fin de montar un espectáculo lésbico con su colega argentina Melina, profesora de dance-jazz de día, pero que se dedica al striptís de noche «porque me divierto muchísimo». Ángela hace barra americana (estriptís contorsionándose abrazada a una barra vertical) y cuando la llaman a Cáceres para una despedida de soltero, viaja en el último Auto Res desde Madrid y regresa tras la fiesta en el bus de las seis de la mañana. ¿Sus honorarios? 300 euros la noche.
Casa GrandePero más allá de shows lésbicos, stripers de Auto Res y barras americanas, también hay despedidas de soltera castas en las que a nadie se le ocurre llamar a los bomberos urgiendo un rescate. En Alcuéscar hay una casa rural llamada Casa Grande de Extremadura adonde acostumbran a venir grupos de chicas madrileñas a celebrar la preboda. La patrona de la casa se llama Mari Ángeles y la abrió en el año 2000.
Sus fiestas para madrileñas a punto de matrimonio incluyen espectáculos tan puros como una cena medieval con disfraces o juegos detectivescos en los que las chicas buscan pistas por la comarca para descubrir un enredo. Con bomberos o sin bomberos, con stripers o sin stripers, La Frontera está descubriendo una faceta del turismo erótico-cultural con la que no contaba.