Partimos de que la "CRISIS" existe, es real, de que no es un hecho puntual, de que hay distintos tipos de crisis, hay tiempos de crisis, tipologías de crisis, causas que originan o ayudan a salir de la crisis...
Para enfrentar una crisis, un grupo, una sociedad, una empresa, un pueblo... debe contar con un "comité", alguien debe analizar las causas de la crisis ¿sin saber cómo ni porqué? ¿cómo se puede resolver una crisis? en este "comité" se integran la alta dirección y los responsables de diversas áreas, dependiendo del grupo, pueblo, sociedad o tipo de empresa que se trate ¿para qué sirve analizar, conocer y aislar las causas que originen una crisis, sin personas que puedan tomar decisiones para atajarlas: medidas legales, productivas, de finanzas, de logística, de recursos humanos y, por supuesto, comunicación?.
Ahora bien, en la empresa pública, uno al ingresar se alarma cuando pasan 10 años, una década que dicen algunos, y se mantiene el mismo nivel de "alarma" ¡es que sin duda, falla algo más que la crisis!, al principio uno culpa a las personas que están "cobrando" por la toma de decisiones, más de dos décadas después uno se da cuenta de que tenemos las personas que nos merecemos, bien
por apatía, bien
por ignorancia, el caso es que "
ni lo sé, ni me importa", uno llega a un grado de (in)consciencia ¡tal! que todo resbala.
Yo ahora, en pleno siglo XXI, escucho relatos dulces y agrios del binomio que comprende el poder, los que mandan y los que esperan mandar, unos dulcifican la CRISIS mundial, otros la agrían aún más, si se puede, y observo lo que Carl Marx ya vaticinó acerca de la historia del hombre, de la lucha de clases, de los periodos cíclicos de la historia, de cambiar las cosas para dejarlas exactamente igual, paso del pequeño mundo local, de una micro-sociedad de personas, de un grupo de trabajadores separados en "grupos de trabajo" (diferente de los equipos que se auto-denominan) a la sociedad externa, al mundo "real" y me doy cuenta como en un ensayo en un tubo, que experimentó lo mismo, en un mundo local que en un mundo general.
Llevo dos décadas de crisis, de conservadores que pretenden mantener el sistema del que se quejan, y de revolucionarios que entran a empujones, maldiciendo aquello en lo que se acaban convirtiendo y por supuesto quejando, no hay paradoja más absurda que la vida real, no hay libro con más monólogos de la comedia que las vivencias diarias, tan sólo hay que ir anotándolas, sin sacarlas de contexto y cotejándolas con las venideras, te ríes por no llorar.
Decía Oscar Wilde, que lo bueno de jugar con fuego, es que aprende uno a no quemarse, supongo que lo diría en el caso de sobrevivir y no morir achicharrado, es lo bueno de padecer los excesos de todos, con apática mirada ignorante, entre los hechos pasados y la actual situación.
Unas reflexiones;
* ¿Hay crisis? ¿Alguna vez hubo crisis? analizamos sus causas, y de hacerlo, aplicamos remedios o simplemente nos convertimos en parte de la causa.
Moraleja, recuerdo un "grupo de gente" separado en dos bandos, "Hunos" con H equiparando en Barbarie, su hegemonía y predominio de poder excedieron con creces en el ejercicio de su despótico poder, todo llega a su fin, los "Hotros" la otra cara de la moneda que soportó los excesos de (des)igual manera, lo primero que hicieron al terminar el poder de estos, fue recoger la vara de poder, y ejercer la misma desmesura y tiranía de mando en su propio beneficio, uno de estos "hotros", me decía, ¡ellos colocaron a los suyos! hoy nosotros colocaremos a los "nuestros" ¿los nuestros? ¡repliqué! sabiendo que no habría respuesta, tiene gracia, pues sólo recuerdo los (des)calificativos que los "Hotros" adornaban con suma fealdad hacia los "Hunos", quizás esa, y no otra, fuere la auto-crítica que, sin saberlo, los bienhechores que acaparan el poder con avaricia en cada momento, son en verdad la misma cosa, ya que ¿cambian las cosas? o cambian para seguir exactamente igual.
El tiempo, ese juez imparcial que pone a cada uno en su lugar, que da y quita razones, puede incluso por encima de los "dulcificad-ores", esos que hablan de "amor y de buen rollito, entre fiestas a Baco, resultando no ser verdaderos amores entre verdaderos amigos, sino de amor por el vino entre fiestas a medias tintas entre la avaricia y la envidia.
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Por supuesto que no hablo de bomberos, ya que alguien una vez sentenció que somos aquello por lo que luchamos y defendemos, y estos personajes solo viven para ellos a (su) costa (y con consentimiento) del resto, no hacen ni hicieron por aquello que "supuesta-mente" defienden.
Ya no hablan los nada hicieron en tiempos de crisis, sino que me piden que explique porqué no me quedan ganas de hacer nada para que se beneficien un montón de triperos agradecidos de fiestas bacanales (...)
Hay quien aún pregunta por qué desde hace tiempo no me relaciono, cuando en verdad lo que cabe preguntarse es qué tipo de relación mantenemos cada uno con la parte de la crisis que generamos.
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1st Septiembre 2009, 00:33